-Esto
es un juego. Un juego macabro.
La
voz sonaba neutra, sin pasión alguna. Resignada.
-¿Un
juego? ¡Los has matado a todos! Eres un monstruo.
Eyre.
Era ella, estaba seguro. Nero estuvo a punto de saltar de la alegría que sintió
al confirmar que estaba viva, pero se contuvo a tiempo. No quería arruinar su
plan por un entusiasmo prematuro.
Se
deslizó hacía la torre tan sigilosamente como pudo, haciendo servir de faro el
fuego que ardía cerca de ésta y que le guió en medio de la oscuridad. Tenía en
sus manos una ballesta cargada que había arrancada de las manos frías de un
joven guardia, muerto antes siquiera de poder usarla.
-He
hecho lo que tenía que hacer.
Esa
voz le ponía los pelos de punta a Nero. Era una voz que decía que su dueño
haría cualquier cosa si era necesario, por inhumana que fuera. Era, cómo había
dicho Eyre antes, la voz de un monstruo.
Nero
llegó hasta las rejas que separaban la zona restringida del pueblo, cubriéndose
tras ellas. Un rápido vistazo le permitió hacerse una idea de la situación:
Eyre estaba estirada boca abajo en el suelo, atada de brazos y piernas por una
cuerda. A simple vista parecía ilesa. El asesino estaba sentando delante suyo
con las piernas cruzadas, dándole la espalda a Nero.
Bien,
pensó Nero, sujetando con fuerza la ballesta. Ha llegado el momento.
Tragó
saliva, reuniendo todo el valor que podía reunir. Esa cosa, fuese lo que fuese,
había acabado con cientos de personas en pocas horas. Nero no se hacía
ilusiones de lo que pasaría si le atrapaba.
Cerró
los ojos.
Vamos. Puedes hacerlo. Haz tu
papel.
Abrió
los ojos.
-¡Maldito
demonio! –gritó con fiereza, saltando de las sombras a la luz. Apuntó con la
ballesta al asesino en lo que esperaba fuese una posa amenazadora. -¡Acabaré
contigo!
La
cara de sorpresa que puso Eyre al verle no tuvo precio. En otra ocasión, una
ocasión muy distinta a esta, a Nero le hubiese resultado muy divertido. Pero
ahora, con el asesino que había venido de la Torre poniéndose en pie y
mirándolo con sus ojos negros y su ropa manchada por la sangre de sus víctimas,
no era momento para risas.
-¡Nero!
–exclamó Eyre, con una mezcla de alivio y preocupación. –Vete de aquí, rápido,
antes que…
Nero
disparó la ballesta. La saeta salió más rápida de lo que los ojos pueden
seguirla y golpeó el pecho del asesino con una fuerza capaz de atravesar a un
hombre protegido con armadura. Se oyó un sonido seco, y el proyectil rebotó inofensivo
al suelo.
-…antes
que te mate! –continuó Eyre, desesperada. -¡Huye, rápido!
El
asesino lo miro fijamente, sus oscuros ojos recorriéndole el rostro. Parecía
estar buscando algo, de la misma manera que observas el rostro de alguien que
crees conocer pero no recuerdas de qué. Nero se quedó congelado, hechizado por
la mirada del monstruo mientras éste le examinaba, atrapado como una polilla
por la luz de una lámpara. Eyre le gritaba que se marchase, pero su voz era tan
lejana… Nero casi ni podía oírla.
El
asesino soltó un suspiro de resignación.
-Uno
más tiene que morir –anunció.
Estas
palabras rompieron el hechizo. Nero movió bruscamente la cabeza, despertándose,
dejó caer la ballesta de sus manos temblorosas y se marchó corriendo como si le
persiguiese el mismísimo Diablo.
Unos instantes después el hombre que había
venido de la Torre salió tras él.
No me imaginaba para nada que la acción fuera a seguir tan rápido, me esperaba que Nero llegaría justo a tiempo para verlos partir por la torre y a partir de ahí comenzaría su búsqueda.
ResponderEliminarVeo que Nero no se ha planteado demasiado la situación, es cierto que es consciente que el enemigo al que se enfrenta ha masacrado a toda la población, pero aun así tiene esperanzas de poder acabar con el, me parece algo inconsciente, pero es interesante que el se evada de la situación y sus dudas adaptando el cliche heroico. A ver que giro tienes preparado para que salve el pellejo, porque el pobre lo tiene complicado.
Me alegro de que no te esperases que la trama siguiera asi, al menos he conseguido sorprender!
ResponderEliminarEn la siguiente parte respondo a tus preguntas, a ver qué te parece.
quiero sangreeeeee!!!
ResponderEliminarY sangre tendrás... jeje
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