lunes, 17 de septiembre de 2012

Capítulo 3 (Parte 1) - El fin de una vida


-Esto es un juego. Un juego macabro.
La voz sonaba neutra, sin pasión alguna. Resignada.
-¿Un juego? ¡Los has matado a todos! Eres un monstruo.
Eyre. Era ella, estaba seguro. Nero estuvo a punto de saltar de la alegría que sintió al confirmar que estaba viva, pero se contuvo a tiempo. No quería arruinar su plan por un entusiasmo prematuro.


Se deslizó hacía la torre tan sigilosamente como pudo, haciendo servir de faro el fuego que ardía cerca de ésta y que le guió en medio de la oscuridad. Tenía en sus manos una ballesta cargada que había arrancada de las manos frías de un joven guardia, muerto antes siquiera de poder usarla.
-He hecho lo que tenía que hacer.
Esa voz le ponía los pelos de punta a Nero. Era una voz que decía que su dueño haría cualquier cosa si era necesario, por inhumana que fuera. Era, cómo había dicho Eyre antes, la voz de un monstruo.
Nero llegó hasta las rejas que separaban la zona restringida del pueblo, cubriéndose tras ellas. Un rápido vistazo le permitió hacerse una idea de la situación: Eyre estaba estirada boca abajo en el suelo, atada de brazos y piernas por una cuerda. A simple vista parecía ilesa. El asesino estaba sentando delante suyo con las piernas cruzadas, dándole la espalda a Nero.
Bien, pensó Nero, sujetando con fuerza la ballesta. Ha llegado el momento.
Tragó saliva, reuniendo todo el valor que podía reunir. Esa cosa, fuese lo que fuese, había acabado con cientos de personas en pocas horas. Nero no se hacía ilusiones de lo que pasaría si le atrapaba.
Cerró los ojos.
Vamos. Puedes hacerlo. Haz tu papel.
Abrió los ojos.
-¡Maldito demonio! –gritó con fiereza, saltando de las sombras a la luz. Apuntó con la ballesta al asesino en lo que esperaba fuese una posa amenazadora. -¡Acabaré contigo!
La cara de sorpresa que puso Eyre al verle no tuvo precio. En otra ocasión, una ocasión muy distinta a esta, a Nero le hubiese resultado muy divertido. Pero ahora, con el asesino que había venido de la Torre poniéndose en pie y mirándolo con sus ojos negros y su ropa manchada por la sangre de sus víctimas, no era momento para risas.
-¡Nero! –exclamó Eyre, con una mezcla de alivio y preocupación. –Vete de aquí, rápido, antes que…
Nero disparó la ballesta. La saeta salió más rápida de lo que los ojos pueden seguirla y golpeó el pecho del asesino con una fuerza capaz de atravesar a un hombre protegido con armadura. Se oyó un sonido seco, y el proyectil rebotó inofensivo al suelo.
-…antes que te mate! –continuó Eyre, desesperada. -¡Huye, rápido!
El asesino lo miro fijamente, sus oscuros ojos recorriéndole el rostro. Parecía estar buscando algo, de la misma manera que observas el rostro de alguien que crees conocer pero no recuerdas de qué. Nero se quedó congelado, hechizado por la mirada del monstruo mientras éste le examinaba, atrapado como una polilla por la luz de una lámpara. Eyre le gritaba que se marchase, pero su voz era tan lejana… Nero casi ni podía oírla.
El asesino soltó un suspiro de resignación.
-Uno más tiene que morir –anunció.
Estas palabras rompieron el hechizo. Nero movió bruscamente la cabeza, despertándose, dejó caer la ballesta de sus manos temblorosas y se marchó corriendo como si le persiguiese el mismísimo Diablo.
 Unos instantes después el hombre que había venido de la Torre salió tras él.

4 comentarios:

  1. No me imaginaba para nada que la acción fuera a seguir tan rápido, me esperaba que Nero llegaría justo a tiempo para verlos partir por la torre y a partir de ahí comenzaría su búsqueda.

    Veo que Nero no se ha planteado demasiado la situación, es cierto que es consciente que el enemigo al que se enfrenta ha masacrado a toda la población, pero aun así tiene esperanzas de poder acabar con el, me parece algo inconsciente, pero es interesante que el se evada de la situación y sus dudas adaptando el cliche heroico. A ver que giro tienes preparado para que salve el pellejo, porque el pobre lo tiene complicado.

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  2. Me alegro de que no te esperases que la trama siguiera asi, al menos he conseguido sorprender!
    En la siguiente parte respondo a tus preguntas, a ver qué te parece.

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