Nero
apoyó las manos sobre la barandilla del balcón.
Este
mundo, Roa, era incluso más extraño que Navar. Desde el lujoso hotel en que se
encontraban él y sus compañeros podía ver la torre plateada y la pequeña ciudad
que la rodeaba, llena de posadas, hoteles, pequeños negocios –tiendas de
suvenires, las había llamado Peter- que vendían peluches, postales y un montón
de extraños objetos cuyo propósito Nero no entendía, así como cientos de
personas a las que parecía no preocuparles en lo más mínimo estar tan cerca de
la Torre. Joder, de hecho daba toda la impresión de que les emocionaba la idea
de ver a un extranjero en persona –especiales,
se corrigió el actor a sí mismo, aquí nos
llaman especiales-. Nero se había cansado de firmar autógrafos y saludar al
público de camino al hotel, como en sus tiempos de actor de teatro. Le había
resultado familiar e incluso un poco divertido, aunque le parecía mal recibir
tanta admiración sólo por viajar a través de la Torre.
Él
conocía por lo menos a un especial que no se merecía este trato.
Pero
eso no era lo único raro de este mundo. Entre otras cosas estaban los carteles
que aparecían por todas partes en la ciudad, con dibujos de sombreros, botellas
de alcohol y media docena de productos más, acompañados de frases en las que
anunciaban sus virtudes, su bajo precio o ambas cosas. Había uno enorme justo
delante del hotel cubriendo la fachada de un edificio, con el dibujo de una
hermosa joven con el pelo azul cayéndole por los hombros que sonreía victoriosa
y un mensaje en letras grandes en la parte inferior que decía: “MISKA CAMPEONA.
¡YA QUEDA MENOS PARA EL MUNDIAL!”. El
actor bufó, preguntándose cuanto había costado ese cartel, quién era esa tal
“Miska” -¿ese no es nombre de gato?-
y porque demonios debía importarle a él. No entendía la insistencia de los
humanos de este mundo por anunciarlo todo a bombo y platillo.
Seguía
dando vueltas a estos pensamientos cuando algo cruzó volando como una
exhalación justo por encima del cartel. Un “algo” alado, grande como una
casa, protegido por una oscura piel
escamosa, con garras como espadas y ojos reptilianos.
Un
dragón, pensó
Nero, apretando sin darse cuenta los puños sobre la barandilla con tanta fuerza
que los nudillos se le marcaron blancos. Un dragón de verdad.
-Es normal sentir miedo -dijo
Valeria, saliendo de la habitación tan silenciosa como una sombra y colocándose
a su lado en el balcón, los brazos cruzados apoyados sobre la barandilla. Sus
ojos rojos seguían la trayectoria del dragón sobre el cielo de la ciudad. -Son unas bestias peligrosas, los dragones.
Difíciles de matar y jodidamente rápidos para ser tan grandes.
-¿Los
habías visto antes? - preguntó Nero, evitando mirar a la cazarecompensas a la
cara. Tras pasar la prueba en Navar la que antes era una mujer adulta había
rejuvenecido en una adolescente con el cabello largo y una cara más infantil y
redondeada, demasiado parecida a la de Eyre como para que el actor se sintiese
cómodo con ella.
Lo que
no evitaba que de vez en cuando se sorprendiera a sí mismo mirándola fijamente.
-Sí,
desde luego. Existen en mi mundo.
-Pues
yo hasta pisar Roa no había visto ninguno –comentó el actor observando a la
bestia. Nada más llegar a través de la Torre se habían topado con un par de
ellos, pero resultaban mucho más impresionantes vistos así volando que
estirados sobre el suelo. -En mi mundo
no son más que un mito, monstruos de leyendas y cuentos contra los que debe
luchar el príncipe para rescatar a la princesa. ¿Te has enfrentado a alguno?
- Sólo
una vez, entrenándome, y no fue muy divertido. Estuvo jugando conmigo un rato
como hace un gato con un ratón, hasta que se cansó de mí y de un coletazo me
dejó tumbada en el suelo, echa un asco. De todas maneras eso fue antes de que
pasase dos pruebas de la Torre, así que ahora creo que sería mucho más
interesante -añadió con una sonrisa siniestra que le puso los pelos de punta a
Nero. -Sí, ahora sería mucho más divertido.
El
actor se apartó un poco, discretamente.
-En
fin -continuó la joven, señalando con el pulgar a la sala que tenían a su
espalda-, el idiota quiere que hablemos sobre cómo superar la prueba juntos, y
por una vez estoy de acuerdo con él. ¿Qué te parece?
-Es
una buena idea-. Nero enderezó la espalda e iba a salir del balcón cuando se
dio cuenta de que Valeria no se había movido y aún seguía mirando la ciudad.
-¿Qué haces? ¿No vienes conmigo?
-Aún
no. Me gustaría estar un poco más así, disfrutando de la sensación de estar en
un nuevo mundo, antes de ponerme a pensar en cómo dejarlo-. Se alzó una leve
brisa, que agitó sus largos cabellos y su oscura capa. -Cuando llegué a Navar
el aire me olía a canela; era el olor de un mundo diferente al mío. Al cabo de
unas cuantas semanas me había acostumbrado y ya no podía notarlo, pero incluso
quince años después aún conservo el recuerdo de aquellos primeros días-. La
joven inspiró con fuerza por la nariz, los ojos cerrados y una expresión de
concentración en su rostro. –Azufre. Azufre y una pizca de… -arrugó la nariz,
dubitativa - ¿aroma de rosas?
El
actor se puso al lado de la cazarecompenasas y la imitó, cerrando los ojos y
respirando con fuerza para captar el olor del mundo de Roa.
-Azufre,
desde luego. Y tenías razón, también huele a rosas –dijo haciendo una mueca de
desagrado. –Dioses, que mezcla más rara.
-Bueno –dijo Valeria encogiéndose de hombros-, este mundo
parece ser bastante raro. Supongo que es adecuado.
Nero sonrió.
-¿De qué te ríes? –le preguntó la joven.
-No es nada, sólo me estaba imaginando a qué podía oler mi
propio mundo. Quizás a un pan recién hecho, un aroma que transmite calor y
despierta el apetito, o al olor de la hierba mojada tras una noche de lluvia,
tan húmedo y fresco. Aunque si oliese a cuero recién curtido también estaría
chulo. –Se giró hacia la cazarecompensas, sonriendo amigablemente. -¿A qué
crees que olería Ozonne, tu mundo?
-El mío seguro que huele a sangre y a muerte –dijo Valeria.
Y aquí se acaba la
conversación, pensó Nero notando como la sonrisa se le congelaba en la
cara. La cazarecompensas debió de estar de acuerdo con él, ya que se apartó de la
barandilla y se subió la capucha, ocultando su infantil rostro en las sombras.
-Volvamos. Tenemos mucho que hacer.
El actor asintió con la cabeza. Siguió a Valeria hacia el
interior de la habitación, pero se detuvo un instante para echar una última
mirada a los dragones que volaban sobre la ciudad, en el cielo azul oscuro de
Roa.
Azufre y rosas. Curiosa combinación.
Aún estaba contemplando los dragones cuando un garfio atado
a una cuerda cayó sobre el balcón haciendo un ruido metálico. Perplejo, Nero se
quedó mirando como el cable sufría un
tirón y el garfio se deslizaba por el balcón hasta quedarse sujeto en las
barras de la barandilla. Quien fuese que lo había arrojado dio un par de
tirones más, para asegurarse de que no se iba a soltar.
Llevado por la curiosidad el actor se asomó por el balcón y
soltó una exclamación de sorpresa al ver a una persona trepando por la cuerda
con más pena que gloria. Era un hombre de mediana edad con un chaleco marrón,
una camisa blanca y un sombrero viejo y arrugado, que agarrado a la cuerda se
sostenía a varios metros sobre el suelo. Al escuchar a Nero el escalador miro hacia
arriba, revelando un rostro moreno con una barba de varios días y una sonrisa
de brillantes dientes.
-Buenas tardes, especial -dijo el hombre saludando con el
sombrero. -¿Podrías ayudarme a subir antes de que me caiga y me rompa las
piernas, por favor?
Hola,
ResponderEliminarLeyendo la primera parte del capitulo, me he preguntado en que debió de consistir la primera prueba de Valeria, igual tiene algo que ver con como acabo siendo cazarrecompensas, creo que estaría bien que algún día lo explicarás.
Después, hay algunas reflexiones que me han gustado bastante, como las relacionadas con la frase de Valeria "antes de pensar en como abandonarlo" y como se combinan con cuando afirma que su mundo probablemente huele a muerte y sangre. Me gusta este punto melancólico en un personaje tan marcial.
En cuanto al nuevo mundo, supongo que no me llama tanto la atención porque básicamente es bastante parecido a lo que estamos acostumbrados. Eso si, los dragones molan.
Lo de los mundiales, algo me dice que a Nero y a los demás no les hará mucha gracia cuando descubran de verdad de que va el asunto, aunque me imagino que no debe se estar relacionado con su misión, ya que Nero no lo relaciona cuando ve el cartel. También creo que es un mundo en el que este último dará bastante juego, tengo ganas de ver si sus nuevas habilidades estarán relacionadas con las personalidades de cada uno de ellos y si ya saben cuales son, o tendrán que ir descubriéndolas.
Lo único que no me convence es el juego de idas y venidas entre Valeria y Nero en el balcón, sobretodo el último amago de irse de Nero, justo antes de ver al hombre que esta escalando. Se me hace raro al imaginarme la situación. Por cierto, muy buena la forma de acabar el capitulo, esa presentación promete.
ResponderEliminar
Hola Jaime,
ResponderEliminarAlgún día explicaré en que consistió la primera prueba de Valeria, aún queda eso pero ya te digo que creo que te sorprenderá.
Espero que conforme vayas leyendo sobre el mundo de Roa te vaya interesando más; a mí personalmente me gusta más que Navar.
Repasaré lo que comentas de las idas y venidas, a ver si puedo hacerlo más claro.
Gracias por comentar!