lunes, 22 de julio de 2013

Capítulo 21 (Parte 1) - Viajeros

32 años antes
Su padre había muerto. Un instante antes estaba corriendo y ordenándoles que se diesen prisa, cuando de repente cerró los ojos y cayó al suelo como un tronco. Su hermano se abalanzó sobre él y le balanceó de los hombros mientras le gritaba que se despertase, pero la niña se quedó quieta mirando el rostro plácido y relajado de su padre, pues sabía que era inútil: nadie despertaba.


¿Por qué? ¿Por qué nos pasa esto?
-Por favor…
El viajero caminaba hacia ellos lentamente. Era un hombre joven, que vestía un abrigo de pieles blancas y unos pantalones azules de un material extraño que la niña no reconoció. Era guapo, a pesar de la barba de pocos días y de unas profundas ojeras, pero su mirada… Su mirada daba miedo.
-Por favor –volvió a repetir su madre, poniéndose delante de ella y su hermano. Un río de lágrimas caía por sus mejillas. –Por lo que más quieras, te lo suplico, no mates a mis hijos.
El viajero se detuvo a unos pasos de su madre.
-No sentiréis ningún dolor –dijo el viajero. La niña había esperado que tuviese una voz grave, demoníaca, así que se sorprendió al comprobar que en realidad era bastante normal. Incluso le pareció que intentaba sonar amable. -Sólo dormiréis en un feliz sueño hasta que vuestra vida se apague, y luego, cuando haya superado todas las pruebas de la Torre, os devolveré a la vida. Os doy mi palabra. Creedme, por favor, no soy mala persona. Sólo tengo que superar esta y dos pruebas más y seré Dios.
Eres un asesino, quiso gritarle la niña. Un monstruo. Los has matado a todos.
Pero no podía. Tenía demasiado miedo como para hacer otra cosa que no fuese mirar, con las piernas temblando y los ojos a punto de llorar. Su hermano se acercó, tan asustado como ella, y se abrazaron el uno al otro para darse valor.
-Yo… no entiendo nada de lo que dices. No sé nada de esa Torre ni de sus pruebas. Sólo te pido que no mates a mis hijos –. Su madre se arrodilló y bajo la cabeza hasta que su frente tocó el suelo cubierto de nieve, las manos cruzadas ante sí en posición de súplica. –En nombre de cualquier dios que puedas tener, déjales vivir.
El viajero lanzó una mirada fugaz en dirección a la niña y su hermano.
-Si los dejo vivir tendré que matar a muchas más personas. ¿Entiendes lo qué me estás pidiendo? –preguntó, su aliento dejando una nube de vaho en la fría mañana.
Una pausa, un momento de silencio que se alargó durante una eternidad. Al final, su madre levantó la cabeza, miró al viajero a los ojos y dijo sólo tres palabras:
-Son mis hijos.
El hombre asintió con la cabeza.
-Entiendo –dijo, levantando la mano derecha en dirección a su madre. –Te entiendo muy bien.
Su hermano rompió a llorar y hundió el rostro en su hombro, pero la niña se obligó a ser fuerte, se obligó a si misma a mirar a su madre antes de morir a pesar de que sentía como el corazón se le hacía pedazos y sólo desease tumbarse y echarse a llorar.
.
Su madre giro el rostro en dirección a sus hijos, su mirada expresando un torbellino de emociones de las cuales la niña sólo descubrió unas cuantas. Miedo, tristeza, desesperación, preocupación. Pero, sobre todo, amor.
-Cuida de tu hermano, Miska. Tenéis que sobrevivir.
Luego cerró los ojos y nunca más volvió a abrirlos.

Dos años antes
El dragón de guerra era una bestia tan grande y poderosa que a su lado un oso de las montañas parecería un inofensivo cachorrillo. Durante un instante los tres ojos de la bestia –Majestad, pensó Miska recordando su nombre, se llama Majestad- se cruzaron con los suyos y no pudo evitar estremecerse de miedo.
Para el dragón de guerra ella no era más que un trozo de carne.
-¿Estás segura, especial? –le preguntó el alcalde, un hombre gordo que apestaba a sudor y a colonia barata. Parecía una buena persona y su preocupación sonaba sincera, pero a Miska le caería mejor si no hubiese estado todo el camino a la granja mirándole el culo. –Nadie jamás ha conseguido dominar un dragón de guerra adulto. Todos los que lo han intentado han muerto.
-Oh, pero es que yo no soy como todos los demás, querido alcalde –respondió la mujer dedicándole una caída de ojos de lo más encantadora. –Podríamos decir que soy una especial entre especiales.
-Ya, pero aún así… -El alcalde se giro hacia Ronick, que estaba de pie con los brazos cruzados observando a Majestad. Tenía el ceño fruncido como siempre que algo le preocupaba. -¿No podrías hablarlo con tu hermana, especial? Podéis intentar dominar a cualquier dragón, por supuesto, incluso a un dragón de guerra. ¿Pero no crees que sería mejor que lo intentases tú? No pretendo insultaros, pero la experiencia me dice que un especial de tus características sería más adecuado para esta tarea.
Qué diplomático, pensó Miska. Su hermano medía casi dos metros de altura y pesaba más de ciento veinte kilos de puro músculo, mientras que ella apenas llegaba a los sesenta kilos y ni siquiera le gustaba el ejercicio físico. Además, llevaba un precioso vestido azul y un bolso plateado muy elegante que no podían estar más fuera de lugar en esta granja que apestaba a estiércol y a azufre.
-Te puedo asegurar que tengo las “características” adecuadas –dijo Miska adelantándose a Ronick, y ganándose una mirada reprochadora por su parte. –De todas maneras, me gustaría que nos dejase un momento a solas para que pudiésemos hablar de nuestra… estrategia.
-¿Estrategia? –preguntó el alcalde, pasándose un pañuelo por su frente sudorosa.
-Para dominar al dragón.
-¡Ah, claro! Sí, sí, comenten lo que quieren. Yo estaré por ahí –dijo señalando a un banco a la sombra de un establo. –Llaméenme cuando estén listos. Y si cambian de idea y deciden intentar dominar a otro dragón o cambiar la persona que lo intentará, me avisan y ningún problema.
Miska sonrió con toda la sinceridad que pudo.
-Eres muy amable.
Vete de una vez, gordo seboso.
Su hermano tuvo el sentido común para esperar hasta que el alcalde estuvo suficientemente lejos antes  de plantear sus dudas.
-Ese dragón es muy peligroso, hermana.
-Lo sé, Ronick, tengo ojos en la cara. Desde aquí puedo verle los dientes y las garras, ¿sabes? Sería difícil no hacerlo.
-Es más peligroso de lo que me imaginaba –respondió su hermano ignorando el sarcasmo de la pregunta. –Si tu plan sale mal no creo que pueda hacer nada para salvarte. Morirás, Miska.
-El plan saldrá bien.
-¿Cómo lo sabes? –preguntó Ronick, alzando tanto el tono de voz que Miska temió que hubiese llamado la atención del alcalde. Se giró para asegurarse, pero el gordo estaba distraído mirando a un dragón centella. -Antes no podías hacer nada como eso.
-Antes no podía, pero ahora . Mi poder ha crecido tras pasar la anterior prueba. Ya sabes que esto funciona así, ya hablamos con otros viajeros que nos dijeron que les había pasado lo mismo.
-Pero…
-Pero nada, Ronick –le interrumpió tajantemente Miska. Puede que su hermano hubiese crecido, pero seguía siendo su hermano pequeño. Ella estaba al mando. Era ella quién cuidaba de los dos. -Voy a dominar a ese dragón de guerra. Puedo hacerlo, y lo haré.
-Para salvar a nuestro mundo.
-Exacto. Para salvar a nuestro mundo.
Su hermano lanzó un profundo suspiro, se volvió a cruzar de brazos y lanzó una larga mirada al dragón de guerra. Incluso sin haber vivido durante cuarenta años a su lado Miska hubiese podido adivinar lo qué estaba pensando.
-Eres más valiente que yo, hermana. Yo… yo no sabría qué hacer sin ti.
-Por suerte para ti nunca te tendrás que preocupar por eso –replicó Miska intentando sonar confiada. –Ahora avisa al gordo del alcalde, que el espectáculo va a comenzar.
Ronick asintió y se puso a llamarle con gritos y gestos de la mano. Miska se colocó a su espalda, y, tan disimuladamente como pudo, sacó de su bolso un objeto: un pequeño espejo.
Escarcha, Gélido, rezó, cerrando los ojos y sosteniendo el pequeño espejo entre sus dos manos. Dioses de mi mundo, por favor, que esto funcione. No quiero morir.
Abrió los ojos, contemplando su propio reflejo en la superficie del espejo. Una mujer hermosa, de largos cabellos azules y labios carnosos. Una mujer cuya mirada de ojos verdes no podía esconder lo asustada que se encontraba.
Pero podía cambiar a esa mujer. Al menos, por unos instantes.
-No tengas miedo –le ordenó a su reflejo, sus ojos dorados brillando con poder.

Y Miska obedeció.

2 comentarios:

  1. Hola,

    No me esperaba este flashback para humanizar a Miska y Rodrick, no querrás matarlos o hacer que a partir de ahora sean unos debiluchos no?.
    La primera parte está bien pero creo que lo más interesante es lo mucho que permite especular. Por el toque de la mirada supondré que el asesino de sus padres es la misma persona que se ha ido encontrando Nero, lo cual es interesante, porque en ese momento dice que solo le quedan 3 pruebas por superar. Entonces suponiendo que con Nero fuese la penúltima, estaría a punto de ser dios. Lo que pasa es que así queda colgando la afirmación del avatar de la torre de que en aquel momento no había ningún contrincante cercano a superarlo. Esto huele a cliffanguer. También puede ser que me este flipando porque tampoco me suena que el viajero de la torre los matara durmiéndolos, igual es que con el paso del tiempo se ha vuelto más despiadado.
    Otra referencia que me ha llamado la atención es lo de los pantalones azules de material extraño. Son unos vaqueros? viene de la tierra? Y si es así, es porque es humano o porque venia de realizar una prueba en la tierra? (eso explicaría el interés de los humanos en la torre) Queremos un flashback de la vida de Peter ya!
    Solo una cosa más en relación al viajero, intuyo que debe querer resucitar a su familia o seres queridos. De ahí debe venir su respuesta a la madre de Miska y Rodrick cuando les dice que les entiende perfectamente, no sé porque todo esto me huele a viajes en el tiempo…Por cierto, como es que los dos hermanos tienen que salvar su mundo? Tiene que ver con el hecho de que el viajero afirmara que mucha más gente tendría que sufrir? Si es así me imagine que el peo que tienen que soportar es bastante pesado. Me gusta mucho los matices que le da a la frialdad de Miska.
    La segunda parte me ha gustado más pero por Miska, su actitud entre despectiva y arrogante unida a sus dudas personales me parece muy interesante. Sus pensamientos sobre el alcalde son buenísimos. También genial como consigue dominar al dragón, no me lo había imaginado para nada.

    ResponderEliminar
  2. Hola Jaime,
    Si esto fuera un manga, ahora Miska se uniría al grupo de Nero, pero ya no sería tan cabrona ni fuerte como hasta ahora. Como no lo es, sólo te puedo decir que tendrás seguir leyendo ;)
    El viajero del pasado Miska no es el mismo hombre que masacro al pueblo de Nero. Si la descripción de la mirada tendré que repasarla y adecuarla un poco a la idea que tenía en mente.
    Lo de salvar su mundo lo podrás leer más adelante, una breve explicación.
    Me alegro que no te esperases cómo consiguió Miska dominar al dragón, temía que resultase muy obvio.

    ResponderEliminar