La
radio con la que Peter escuchaba la carrera guardo silencio de repente. Peter
enarcó una ceja, sorprendido por la repentina avería, y apenas había tenido
tiempo de levantarse para ver qué sucedía cuando por el rabillo del ojo vio
como se abría la puerta de la habitación y tres hombres entraban como sigilosos
espectros.
Intentó
gritar para avisar a Nero y Valeria de lo que sucedía, pero ningún sonido salió
de su boca. Luego, los asaltantes se abalanzaron sobre él y en lo que parecía
una película de cine mudo lo redujeron a base de golpes, dejándolo atado de
manos, herido y cabizbajo; la espalda contra una de las paredes y la frente
sangrando por un codazo. Durante la pelea –si es que se puede llamar así, pues
Peter apenas ofreció resistencia-, su despacho se había volcado derramando
todos los informes que había preparado sobre el mundial, el micrófono con el
que hablaba con sus compañeros y su lápiz para tomar notas.
Tras
unos instantes los asaltantes se dividieron. Uno se colocó frente a la puerta,
otro frente a la ventana para vigilar la calle vecina y el último, un hombre
con el pelo canoso bastante guapo, se arrodilló delante de Peter. Desenfundó un
cuchillo, y con expresión indiferente, lo sostuvo enfrente del terrestre, el
filo apuntando peligrosamente al vientre del terrestre. Sonrió y le tocó el
hombro con la otra mano en un gesto de camadería que resultó de lo más
amenazador.
De
repente, la radio, que junto al comunicador estaba encima de la cama, volvió a
sonar.
-No
nos des problemas –dijo el hombre con una voz tranquila, como si estuviesen
hablando del tiempo. Un profesional, pensó Peter. –Tenemos órdenes de dejarte
con vida, pero no dudaré en destriparte como a un pez si te haces el héroe.
Nada de intentar escapar, ni de intentar avisar a tus compañeros por alguno de
esos cachivaches electrónicos, ¿entiendes?
Peter
abrió la boca para responder, pero de nuevo ningún sonido salió de ella.
-No
vas a poder hablar –dijo el hombre-, así que asiente si me has entendido.
Es un viajero de la Torre,
pensó el terrestre. Su poder debe ser
imponer silencio.
Peter
asintió con la cabeza, fingiendo un estremecimiento de miedo. Intentaba parecer
tan inofensivo como un conejito asustado, aunque tampoco es que tuviese que
esforzarse mucho después de lo poco que les había costado a los asaltantes
reducirle y darle una paliza.
-Perfecto
–continuó el hombre con el pelo canoso. Se levantó, y tras recoger el micrófono
del suelo y dejarlo encima del despacho, dio una serie de rápidas
instrucciones, cambiando su posición con el hombre que estaba junto a la
ventana.
Con
un hombre vigilándole atentamente y los otros dos tan cercanos en la pequeña
habitación, el terrestre lo veía muy difícil para poder escaparse.
De
mientras, la radio continuó narrando los pormenores de la carrera. Lo último
que había escuchado fue cuando los equipos se habían estrellado contra la
invisible barrera, y aunque había logrado deducir que en realidad no era más
que una ilusión creada por el maquiavélico Soon-Yin, la repentina aparición de
los asaltantes le había impedido explicar a Nero lo que pasaba.
Así que fue una agradable sorpresa descubrir
que Nero y Valeria habían tomado el camino del este y, tras tomar una gran
altura, habían superado sin problemas la ilusión, continuando la carrera por
una ruta despejada de enemigos mientras que por el oeste más de cincuenta
equipos estaban librando una cruenta guerra. Una buena noticia, perfecta si no
fuese porque Miska y otros cuatro equipos entre los que se encontraba Soon-Yin
les habían seguido, imitando sus acciones para superar la barrera.
Miska es la más peligrosa, con su
dragón de guerra y su poder, pero Soon-Yin… Soon-Yin es astuto como un zorro, y
letal como un tiburón con alas.
-¿Apago
la radio, jefe? –preguntó el hombre que estaba junto a la puerta.
Peter
no hizo ningún gesto externo, pero por dentro maldijo en silencio. Apagar la
radio significaría que no sabría cómo les iba a sus compañeros en la carrera.
El
hombre canoso se rascó la barbilla, dubitativo.
-No,
déjala –dijo al fin. –No molesta, y así nos haremos una idea de cómo le van las
cosas a nuestro patrón. Nos prometió un extra si ganaba.
-Pero
eso es casi imposible, jefe.
-Veremos.
Ese tío es muy capaz de lograrlo.
¿Ese tío? pensó Peter, preguntándose por la identidad
del patrón de los asaltantes. Sea quien fuese, estaba claro que había
investigado sobre él. Como mínimo, había sobornado a los sirvientes para
enterarse de que él trasteaba con la electrónica.
De
repente, un rugido enfervorecido del exterior atravesó las paredes y resonó con
claridad en la pequeña habitación. Los asaltantes se miraron entre sí,
confusos, lo que hubiese sido una oportunidad única para atacarles de no ser
porque tenía las manos atadas. Fue seguido por un nuevo rugido, y luego por
otro más, en una sucesión que parecía interminable y que ponía los pelos de
punta.
-Es
el público –dijo el jefe de los asaltantes tras unos instantes, señalando a la
radio. –Gritan de emoción cada vez
que un equipo es eliminado.
Así
era. Casi al mismo tiempo que la radio comunicaba la baja de un equipo, que se
sucedía un grito de entusiasmo por parte de los espectadores. Y teniendo en
cuenta que los equipos no dejaban de caer como moscas, los gritos eran continuos.
-…y
con un zarpazo acaba la carrera de Ürther –decía en esos instantes un
comentarista por la radio. –Con su muerte, ya son veintisiete los equipos que
han sido eliminados en el mundial.
-¡Y
ni siquiera hemos llegado todavía al tercer dedo! –exclamó emocionado su
compañero. –Esto es un espectáculo.
Esto es una carnicería,
corrigió Peter mentalmente haciendo una mueca de horror. Se estaban produciendo
tantas muertes sobre el segundo dedo que la sangre de los dragones caía como
una lluvia. Según el testimonio de un reportero de a pie de calle, varios
decenas de espectadores habían sido aplastados por los restos de las bestias
muertas.
Los
comentaristas continuaron relatando los feroces enfrentamientos que se sucedían
en el lado occidental del segundo dedo, supliendo con su pasión y sus
conocimientos de las carreras de dragón la falta de imágenes. De hecho, su
charla estaba consiguiendo distraer al ladrón que vigilaba a Peter.
No
mucho, sólo un poco. Pero lo suficiente para que un hombre entrenado como Peter
pudiese, lentamente y con mucho esfuerzo por parte de su cuerpo dolorido,
intentar liberarse de las ataduras que inmovilizaban sus manos a la espalda sin
que nadie se diese cuenta al tiempo que mantenía la cabeza baja en señal de
derrota.
-Estrellita,
uno de los dos dragones de guerra que participan en este mundial, ha dejado
atrás el segundo dedo y ya se dirige hacia el tercero –anunció un comentarista.
–Le siguen de cerca el otro dragón de guerra, Majestad, y cuatro equipos más.
-Que
estén atentos todos nuestros oyentes –intervino el otro comentarista-, porque
es muy posible que en breve podamos presenciar un acontecimiento histórico en
los mundiales: el enfrentamiento a muerte entre dos poderosos dragones de
guerra.
-Eso
es algo que estoy que seguro ni yo, ni ningún amante de las carreras de dragón
se quiere perder –afirmó con rotundidad su compañero. –Además, debo recordar
que los jinetes de ambas bestias son pareja, lo que añade una emocionante dosis
de drama al asunto.
-Desde
luego. No duden que volveremos a ellos, pero ahora me comunican que un ariete
acaba de caer en…
Peter
los ignoró. Con la frente perlada por gotas de sudor y sangre trabajaba
sigilosamente para liberarse. Aún no se había planteado como se encargaría de
los tres asaltantes, pero algo se le ocurriría. Después de todo, estaba
especializado en tratar con atacantes que le subestimaban.
Nero y Valeria le necesitaban para que les
advirtiera sobre los poderes de sus rivales y sus emboscadas. Su misión le
necesitaba.
Aguantad,
pensó mientras retorcía las muñecas poco a poco. Seguid vivos.
Hola,
ResponderEliminarMe ha gustado el capítulo, hay mucha acción y es emocionante. La parte de los ninjas silenciosos mola, pero lo más interesante es intentar descubrir quién es su amo en la sombra. Tiene que ser alguien que ya haya aparecido con anterioridad pero que no destacase demasiado. Ni idea de quién puede ser.
A todo esto, me imagino que el especial que crea silencio tendrá una continuidad en la historia no? es demasiado cool como para ser un simple secundario. Todo tiene pinta de deparar giros de guion inesperados y cliffhangers.
Toda la parte de Peter está muy bien, me gusta que este analizando constantemente la situación, jugando a parecer el más débil (aunque como el mismo dice, en esta situación no le cuesta demasiado). Tengo ganas de ver qué piensa hacer después, molaría que se sacara un invento supermolon, rollo telarañas de spidernan o algo.
Hola Jaime,
ResponderEliminarYa veras quién es el patron de los asaltantes. No sé si cumplirá tus expectativas...
Creo que lo que hará Peter te sorprenderá, ya me dirás! jeje