lunes, 4 de noviembre de 2013

Capítulo 24 (Parte 3) - El mundial

La radio con la que Peter escuchaba la carrera guardo silencio de repente. Peter enarcó una ceja, sorprendido por la repentina avería, y apenas había tenido tiempo de levantarse para ver qué sucedía cuando por el rabillo del ojo vio como se abría la puerta de la habitación y tres hombres entraban como sigilosos espectros.


Intentó gritar para avisar a Nero y Valeria de lo que sucedía, pero ningún sonido salió de su boca. Luego, los asaltantes se abalanzaron sobre él y en lo que parecía una película de cine mudo lo redujeron a base de golpes, dejándolo atado de manos, herido y cabizbajo; la espalda contra una de las paredes y la frente sangrando por un codazo. Durante la pelea –si es que se puede llamar así, pues Peter apenas ofreció resistencia-, su despacho se había volcado derramando todos los informes que había preparado sobre el mundial, el micrófono con el que hablaba con sus compañeros y su lápiz para tomar notas.
Tras unos instantes los asaltantes se dividieron. Uno se colocó frente a la puerta, otro frente a la ventana para vigilar la calle vecina y el último, un hombre con el pelo canoso bastante guapo, se arrodilló delante de Peter. Desenfundó un cuchillo, y con expresión indiferente, lo sostuvo enfrente del terrestre, el filo apuntando peligrosamente al vientre del terrestre. Sonrió y le tocó el hombro con la otra mano en un gesto de camadería que resultó de lo más amenazador.
De repente, la radio, que junto al comunicador estaba encima de la cama, volvió a sonar.
-No nos des problemas –dijo el hombre con una voz tranquila, como si estuviesen hablando del tiempo. Un profesional, pensó Peter. –Tenemos órdenes de dejarte con vida, pero no dudaré en destriparte como a un pez si te haces el héroe. Nada de intentar escapar, ni de intentar avisar a tus compañeros por alguno de esos cachivaches electrónicos, ¿entiendes?
Peter abrió la boca para responder, pero de nuevo ningún sonido salió de ella.
-No vas a poder hablar –dijo el hombre-, así que asiente si me has entendido.
Es un viajero de la Torre, pensó el terrestre. Su poder debe ser imponer  silencio.
Peter asintió con la cabeza, fingiendo un estremecimiento de miedo. Intentaba parecer tan inofensivo como un conejito asustado, aunque tampoco es que tuviese que esforzarse mucho después de lo poco que les había costado a los asaltantes reducirle y darle una paliza.
-Perfecto –continuó el hombre con el pelo canoso. Se levantó, y tras recoger el micrófono del suelo y dejarlo encima del despacho, dio una serie de rápidas instrucciones, cambiando su posición con el hombre que estaba junto a la ventana.
Con un hombre vigilándole atentamente y los otros dos tan cercanos en la pequeña habitación, el terrestre lo veía muy difícil para poder escaparse.
De mientras, la radio continuó narrando los pormenores de la carrera. Lo último que había escuchado fue cuando los equipos se habían estrellado contra la invisible barrera, y aunque había logrado deducir que en realidad no era más que una ilusión creada por el maquiavélico Soon-Yin, la repentina aparición de los asaltantes le había impedido explicar a Nero lo que pasaba.
 Así que fue una agradable sorpresa descubrir que Nero y Valeria habían tomado el camino del este y, tras tomar una gran altura, habían superado sin problemas la ilusión, continuando la carrera por una ruta despejada de enemigos mientras que por el oeste más de cincuenta equipos estaban librando una cruenta guerra. Una buena noticia, perfecta si no fuese porque Miska y otros cuatro equipos entre los que se encontraba Soon-Yin les habían seguido, imitando sus acciones para superar la barrera.
Miska es la más peligrosa, con su dragón de guerra y su poder, pero Soon-Yin… Soon-Yin es astuto como un zorro, y letal como un tiburón con alas.
-¿Apago la radio, jefe? –preguntó el hombre que estaba junto a la puerta.
Peter no hizo ningún gesto externo, pero por dentro maldijo en silencio. Apagar la radio significaría que no sabría cómo les iba a sus compañeros en la carrera.
El hombre canoso se rascó la barbilla, dubitativo.
-No, déjala –dijo al fin. –No molesta, y así nos haremos una idea de cómo le van las cosas a nuestro patrón. Nos prometió un extra si ganaba.
-Pero eso es casi imposible, jefe.
-Veremos. Ese tío es muy capaz de lograrlo.
¿Ese tío?  pensó Peter, preguntándose por la identidad del patrón de los asaltantes. Sea quien fuese, estaba claro que había investigado sobre él. Como mínimo, había sobornado a los sirvientes para enterarse de que él trasteaba con la electrónica.
De repente, un rugido enfervorecido del exterior atravesó las paredes y resonó con claridad en la pequeña habitación. Los asaltantes se miraron entre sí, confusos, lo que hubiese sido una oportunidad única para atacarles de no ser porque tenía las manos atadas. Fue seguido por un nuevo rugido, y luego por otro más, en una sucesión que parecía interminable y que ponía los pelos de punta.
-Es el público –dijo el jefe de los asaltantes tras unos instantes, señalando a la radio.      –Gritan de emoción cada vez que un equipo es eliminado.
Así era. Casi al mismo tiempo que la radio comunicaba la baja de un equipo, que se sucedía un grito de entusiasmo por parte de los espectadores. Y teniendo en cuenta que los equipos no dejaban de caer como moscas, los gritos eran continuos.
-…y con un zarpazo acaba la carrera de Ürther –decía en esos instantes un comentarista por la radio. –Con su muerte, ya son veintisiete los equipos que han sido eliminados en el mundial.
-¡Y ni siquiera hemos llegado todavía al tercer dedo! –exclamó emocionado su compañero. –Esto es un espectáculo.
Esto es una carnicería, corrigió Peter mentalmente haciendo una mueca de horror. Se estaban produciendo tantas muertes sobre el segundo dedo que la sangre de los dragones caía como una lluvia. Según el testimonio de un reportero de a pie de calle, varios decenas de espectadores habían sido aplastados por los restos de las bestias muertas.
Los comentaristas continuaron relatando los feroces enfrentamientos que se sucedían en el lado occidental del segundo dedo, supliendo con su pasión y sus conocimientos de las carreras de dragón la falta de imágenes. De hecho, su charla estaba consiguiendo distraer al ladrón que vigilaba a Peter.
No mucho, sólo un poco. Pero lo suficiente para que un hombre entrenado como Peter pudiese, lentamente y con mucho esfuerzo por parte de su cuerpo dolorido, intentar liberarse de las ataduras que inmovilizaban sus manos a la espalda sin que nadie se diese cuenta al tiempo que mantenía la cabeza baja en señal de derrota.
-Estrellita, uno de los dos dragones de guerra que participan en este mundial, ha dejado atrás el segundo dedo y ya se dirige hacia el tercero –anunció un comentarista. –Le siguen de cerca el otro dragón de guerra, Majestad, y cuatro equipos más.
-Que estén atentos todos nuestros oyentes –intervino el otro comentarista-, porque es muy posible que en breve podamos presenciar un acontecimiento histórico en los mundiales: el enfrentamiento a muerte entre dos poderosos dragones de guerra.
-Eso es algo que estoy que seguro ni yo, ni ningún amante de las carreras de dragón se quiere perder –afirmó con rotundidad su compañero. –Además, debo recordar que los jinetes de ambas bestias son pareja, lo que añade una emocionante dosis de drama al asunto.
-Desde luego. No duden que volveremos a ellos, pero ahora me comunican que un ariete acaba de caer en…
Peter los ignoró. Con la frente perlada por gotas de sudor y sangre trabajaba sigilosamente para liberarse. Aún no se había planteado como se encargaría de los tres asaltantes, pero algo se le ocurriría. Después de todo, estaba especializado en tratar con atacantes que le subestimaban.
 Nero y Valeria le necesitaban para que les advirtiera sobre los poderes de sus rivales y sus emboscadas. Su misión le necesitaba.

Aguantad, pensó mientras retorcía las muñecas poco a poco. Seguid vivos.

2 comentarios:

  1. Hola,
    Me ha gustado el capítulo, hay mucha acción y es emocionante. La parte de los ninjas silenciosos mola, pero lo más interesante es intentar descubrir quién es su amo en la sombra. Tiene que ser alguien que ya haya aparecido con anterioridad pero que no destacase demasiado. Ni idea de quién puede ser.
    A todo esto, me imagino que el especial que crea silencio tendrá una continuidad en la historia no? es demasiado cool como para ser un simple secundario. Todo tiene pinta de deparar giros de guion inesperados y cliffhangers.
    Toda la parte de Peter está muy bien, me gusta que este analizando constantemente la situación, jugando a parecer el más débil (aunque como el mismo dice, en esta situación no le cuesta demasiado). Tengo ganas de ver qué piensa hacer después, molaría que se sacara un invento supermolon, rollo telarañas de spidernan o algo.

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  2. Hola Jaime,
    Ya veras quién es el patron de los asaltantes. No sé si cumplirá tus expectativas...
    Creo que lo que hará Peter te sorprenderá, ya me dirás! jeje

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