Qué puntería,
pensó fugazmente Nero cuando el disparo de Valeria acabó con la vida del jinete
del ariete. Un latido de corazón más tarde el dragón se les echó encima a una
velocidad imposible.
La
muerte de su jinete había desviado la carga del dragón lo suficiente para que
no empalase con sus cuernos a Estrellita, pero aun así el impacto fue como ser
arrollado por un toro furioso. Nero se vio zarandeado de un lado a otro,
golpeándose la cabeza con tanta fuerza que el mundo se redujo a unos destellos
de color y ruido sin sentido. ¿Estaba sangrando? Creía que estaba gritando,
pero no estaba seguro. No podía saberlo. Apenas sentía ya nada.
Estaba
a un paso de desmayarse.
Había
usado su poder para ser un héroe, pero eso ya no era suficiente. Necesitaba convertirse
en algo más fuerte, más resistente que un ser humano. Una criatura cuya fuerza
de voluntad y resistencia fuesen las de un monstruo.
Nero
sólo tenía una opción: Noshern, el vampiro. El único personaje malvado que
jamás había interpretado.
Abrió
los ojos de golpe, desechando el dolor y el aturdimiento como unas molestias
que no podía permitirse. Estaban dando vueltas por el aire sin control, los dos
dragones pegados el uno al otro por un cuerno del ariete que atravesaba la pata
delantera izquierda de Estrellita. La bestia más pequeña desgarraba y mordía al
dragón de guerra, que aún no se había recuperado tras la embestida.
Pero
eso iba a cambiar. Pegado al cuerpo de Estrellita, la suave piel de las
mejillas contra las férreas escamas de la bestia, Nero era un pozo sin fondo de
resolución e ira. ¿Cómo se atrevían, esos insignificantes mosquitos, a
atacarles?
Es hora de enseñarles cuál es su
lugar.
El
dragón de guerra clavó sus zarpas en el cuerpo de su rival. El ariete aulló de
dolor y sorpresa ante la repentina recuperación de Estrellita, un grito que se
transformó en un chillido asustado cuando unas fauces gigantescas se cerraron
sobre su cuello perforándolo con infinidad de cuchillas.
Una
chispa de satisfacción brillo en los ojos sin vida de Noshern. Era un buen
principio, pero ni de lejos suficiente. Su vuelo sin control les había
adentrado en el tercer dedo, por encima de los espectadores que les señalaban
entre chillidos de excitación. Ahí,
pensó el vampiro al divisar unas gradas de madera sobre las que se asentaban
cientos de personas. Ahí acabaremos con
esto.
El
dragón de guerra sólo necesito un suave tirón de las riendas para seguir sus
órdenes, guiándose casi por completo por los sentimientos de su jinete.
Demostrando la fortaleza de sus músculos el dragón de guerra dominó al ariete y
lo inmovilizó debajo suyo, para a continuación batir las poderosas alas y
estrellarse contra la estructura de madera.
Las
gradas se vinieron abajo como una cascada de naipes cuando el pesado ariete,
llevando encima a Estrellita, las atravesó. Su impulso sólo se detuvo cuando
tocaron suelo con una sacudida que hizo temblar la tierra y levantó una nube de
polvo y escombros.
El
dragón de guerra abrió las fauces, mostrando sus colmillos sanguinolentos y con
pedazos de carne a medio masticar, y rugió victorioso.
El
ariete que la había atacado yacía a sus pies, entre los restos destrozados de las
gradas de madera y decenas de cadáveres aplastados. La bestia estaba inmóvil
panza arriba, la espalda rota y el cuerpo lleno de heridas. Muerta. Su escolta también
debía haber muerto, aplastado por la caída.
Llantos
y quejidos de dolor se oían por doquier, pero Nero los ignoró con indiferencia.
Ahora era Noshern, y para ese monstruo esos gritos eran menos que nada. Su
atención se centraba en los otros equipos del grupo de Soon-Yin, que ya se estaban
acercando para atacarles. Miska, por su parte, les sobrevolaba a distancia,
pero no podía descartar que acabase uniéndose a la batalla.
-¿Qué…
qué ha pasado? –preguntó Valeria a su espalda con voz entrecortada. De un
rápido vistazo Noshern comprobó que, aunque lastimada y medio inconsciente, los
ojos de la mujer estaban en perfectas condiciones. Bien. Su poder sería
necesario para enfrentarse a Soon-Yin.
-Recupérate
–ordenó Noshern. –Nos atacarán de un momento a otro.
-¿Estás
bien, Nero? Tu voz suena rara -.Valeria puso una mano sobre la espalda de
Noshern, quien tuvo que contenerse para no apartarla con disgusto. -Estás
sangrando por la frente.
-No
es nada –respondió Noshern con tono brusco.
La
mujer frunció el ceño, pero no añadió nada más. Miró a su alrededor y su
expresión medio aturdida desapareció al ver la destrucción que les rodeaba. Una
sombra de horror se asomó a su rostro cuando advirtió las docenas de cadáveres
y restos humanos.
-¿Qué
ha pasado? –volvió a preguntar, esta vez con urgencia.
Noshern
no tuvo tiempo de responder, ya que el escolta que iba en uno de los centellas
del grupo de Soon-Yin les disparó una flecha de fuego. Estrellita se apartó de
un salto, protestando con un aullido de dolor cuando apoyó el peso en la pata
herida. El cuerno que la atravesaba se había roto con la caída liberándola,
pero la extremidad había quedado casi inservible.
Al
instante el escolta volvió a atacarles, esta vez con dos proyectiles en una
trayectoria paralela. Al mismo tiempo, su dragón centella se lanzó sobre ellos volando
a una velocidad endiablada, a tan sólo unos pasos por detrás de las flechas de
fuego.
Un buen ataque,
observó Noshern, aunque esquivemos los
proyectiles nos golpeará el dragón que viene detrás. Y si nos entrenemos en un
combate, Soon-Yin y el otro equipo nos masacrarán a distancia.
Así
que sólo quedaba una opción.
Estrellita
saltó al encuentro del centella y de las dos flechas de fuego. Un proyectil
pasó rozándola, pero el otro fue un impacto directo. Sangre y pedazos de escama
quemadas salieron volando, pero un ataque de ese tipo no podía detener a la
enorme bestia.
El
dragón de guerra rugió de furia cuando chocó contra el centella. A pesar de la
velocidad de su carga el centella era mucho más ligero y débil que Estrellita,
por lo que enseguida fue derribado y apresado contra el suelo. Su cráneo fue
destrozado de un zarpazo y los hombres que lo montaban, atontados tras el
impacto, devorados de sendos mordiscos.
Estrellita
había acabado con ellos en menos de diez segundos.
Soon-Yin
y el otro equipo se detuvieron, sorprendidos ante la rapidez con la que se
habían desecho de su aliado.
-Esta
es la fuerza de un dragón de guerra –dijo Noshern, deleitándose en el poder de
Estrellita. –No nos subestiméis.
Observó
a sus rivales, preguntándose qué harían ahora. Soon-Yin ya había mostrado su
astucia antes, pero con Valeria a su lado sus ilusiones eran inútiles. El otro
equipo ya había mostrado su poder atacando con unos proyectiles negruzcos, pero
aún no tenía ni la más remota idea de lo que era capaz el escolta que protegía
a Soon-Yin. No sabía nada de esa mujer, aparte de que llevaba una armadura
metálica, pero si tenía algún poder ahora sería cuando lo haría servir. Se
preparó mentalmente para cualquier cosa.
Pero
incluso así cuando la escolta mostró su poder le sorprendió.
Noshern
escuchó un “bamf” y la mujer acorazada apareció de la nada justo delante suyo
en medio de una explosión de humo negro. Antes de que el vampiro tuviese tiempo
a reaccionar la mano de la mujer salió disparada y lo agarró del brazo. Valeria
se abalanzó sobre ella rápida como un rayo, pero no llegó a tiempo.
Se
escuchó un nuevo “bamf” y Noshern se encontró dando vueltas por el suelo,
rodeado por decenas de personas que gritaban alarmadas por su súbita aparición.
Se incorporó, sin tener la más remota idea de donde se encontraba, justo cuando
la escolta apartaba de un empujón a un espectador y lo atacaba con una espada
corta.
Hola,
ResponderEliminarEstos dos últimas partes me han gustado mucho, me los he leído juntos y realmente las escenas de batalla en el aire están muy bien. Me gusta que todas las acciones sean tácticas, no simplemente un uso de la fuerza bruta y poderes espectaculares. La parte en que Nero decide embestir al dragón centella que los ataca es muy emocionante.
En cuanto a lo que ocurre más allá de los combates, me gusta el ansia guerrera de Valeria en el capítulo anterior y el ambiente de control mezclado con miedo. También me ha inquietado la parte en que Nero (Noshern) deciden que la mejor táctica es embestir contra los espectadores. Me imagino que esto tendrá consecuencias más adelante, en cuanto Nero recupere el contro. Y no solo sobre él, sino sobre su relación con Valeria.
En fin, para acabar solo comentarte que lo de teletransportar a Nero lejos del dragón me ha parecido una táctica genial! Cliffhanger en estado puro. Como podrá Nero volver si es que vuelve? Y Valeria?conseguirá controlar a estrellita?. Muy bueno
Hola Jaime,
ResponderEliminarMe alegro que te hayan gustado, yo por mi parte tengo miedo de estar alargandome demasiado con la acción. Por una parte creo que está bien para el ritmo de la historia, por otra parte dudo de si una carrera más breve y contundente estaría mejor... en fin, dudas
Sí que habrá consecuencias con las acciones de Nero, pero ahora mismo no es momento para analisis introspectivos. Para escenas futuras queda
Los cliffhanger molan siempre! En realidad el capítulo anterior acababa también con cliff hanger, pero claro, al leerte las dos partes seguidas no te das cuenta jeje